jueves, 20 de septiembre de 2012

Paula Stern: “Mientras que los niños estadounidenses se pasan los fines de semana bebiendo, los chicos israelíes crecen rápido. Gracias al ejército son muy maduros”

Paula Stern
Foto: Markus Treml

Desde que en mayo de 2007 su hijo Ellie empezó el servicio militar, Paula Stern comenzó a escribir el blog A Soldier´s Mother (La madre de un soldado) donde expresa todas las preocupaciones de una madre israelí cuando su hijo de 18 años se va por primera vez de casa.

“Empecé el blog para no volverle loca con preguntas y así yo podría tener un lugar donde expresar todos mis pensamientos y miedos. Lo escribía como una manera de no hablar sobre ello”.

En Israel, todos los hombres de 18 años tienen que servir en el ejército durante tres años mientras que las mujeres deben militar durante18 meses.  Una vez finalizada la "mili", los hombres están en la reserva hasta los 40 años mientras que las mujeres no tienen  que volver a servir.

Paula considera que el ejército ha enseñado a su hijo a improvisar, a tener sentido de la responsabilidad y a tener una visión diferente sobre la vida.“Mientras que los niños estadounidenses con 18  y 19 años se pasan los fines de semana bebiendo y yendo a la playa, los chicos israelíes crecen rápido. Gracias al ejército son muy maduros”, comenta.

Durante ese periodo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) buscan las virtudes de cada chico e intentan aprovecharlas al máximo. De esta manera, ayudan al individuo a descubrir sus virtudes y le asesoran en una futura orientación laboral. Por ejemplo, Ellie entró a servir en artillería y parte del trabajó de los artilleros es realizar cálculos físicos para conocer la trayectoria del proyectil.

“Ellie descubrió que disfrutaba realizando esas operaciones matemáticas por lo que decidió estudiar una ingeniería”, explica Paula.

Durante sus tres años en el ejército, Ellie ha entrado en combate contra grupos palestinos como Hamás y la Yihad Islámica en varias ocasiones. Paula confiesa que su hijo conoce el resultado de todo lo que ha disparado sobre Gaza y él vive con ello. En una ocasión, un proyectil disparado por Ellie mató a un niño de diez años en la Franja de Gaza.

“¿Cómo puede ser que los padres permitieran a un niño de 10 años andar por en medio de la guerra? Mientras que en los bunkers israelíes están repletos de mujeres y niños, en los Gaza solo están los líderes de Hamás. ¿Por qué? Porque ellos saben que si atacamos podemos provocar víctimas”, comenta Paula.

En 2009, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas publicó el informe Goldstone el cual exponía que Hamás utilizaba edificios públicos como colegios, mezquitas y hospitales para lanzar ataques contra Israel. De esta manera, este informe denunciaba el uso de población palestina como escudos humanos por parte de los grupos armados palestinos (punto 443 del informe).  Sin embargo, el punto 62 del informe Goldstone denunciaba que la fuerza de combate utilizada por el ejército israelí durante la Guerra de Gaza (2008-2009) fue desproporcionada matando población civil, destruyendo casas e infraestructuras. 

Por lo tanto, cuando las Fuerzas de Defensa de Israel atacan producen los famosos daños colaterales. Es decir, matan al que lanzó un cohete pero a su vez puede que maten a un niño. Por ello, parte de la sociedad israelí considera que los culpables de estas matanzas son los líderes de Hamás porque utilizan a la gente para protegerse, restando así responsabilidad a las FDI.

El servicio militar en Israel posiblemente sea el único en el mundo en el cual los soldados están en situación de conflicto constante. Incluso cuando están entrenando existe la posibilidad de que sean enviados a combatir. Los viernes suelen coger el autobús de vuelta a casa para poder pasar el Sabbat con sus familias. “Una de las ventajas de tener a nuestros enemigos cerca es que podemos tener a nuestros hijos en casa”, explica Paula.

Según Paula, alrededor del 50% de los jóvenes realizando el servicio militar son destinados a unidades de combate. Es decir, están en checkpoints, protegiendo las fronteras o realizando operaciones militares en los territorios ocupados y, como consecuencia, en contacto directo con la población palestina.

¿Había tenido Ellie relación alguna con palestinos antes de entrar en el servicio militar?

“Sí y no. Donde vivimos hay beduinos y palestinos que trabajan en la ciudad. Conocemos a un doctor que es árabe. Algunos árabes trabajan en el supermercado cerca de casa, los que limpian la calle son árabes, hemos tenido un jardinero árabe… pero relación de amistad no hemos tenido. De hecho, los judíos tenemos prohibido entrar en casas de los árabes ya que en algunos casos los judíos han sido linchados.”

Para Paula es un orgullo que su hijo haya servido en el ejército israelí. “Pienso que si vives en un país debes algo a ese país. No tiene porque ser servicio militar pero por ejemplo servicios sociales”, explica.

¿Crees que es necesario el servicio militar en Israel?

“Por supuesto, no tenemos elección. Este es el único país judío en el mundo. Mira lo que está ocurriendo a los judíos en Francia. Mira lo que ocurre a los judíos en Noruega. Mira lo que ocurrió a los judíos en Alemania y Polonia. Entonces, cuando el nuevo Hitler llegué, Israel estará preparado para salvar a los judíos”, sentencia.

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